Las horas pasan a segundos en un cuarto de tres por cuatro.
Regresan olas serenamente revueltas a una orilla olvidada.
Hilos de música con violines y piano en pentagramas de vida.
Epilogo de un concierto de melodías buscadas.
Cuerpos desnudos, cobijados al calor de una manta.
Susurros de íntimos gemidos, de sentidos requiebros.
Rastros de champan en cristales húmedos por labios lascivos.
Mejillas ardientes y ojos brillantes que iluminan silencios.
Toca fundir cada instante en recuerdo eterno.
Asoma la noche hechicera, paso a paso, difuminando el día.
Sin más motivo que el deseo, sublimes dos cuerpos de espuma cubiertos.
Una playa grabada con huellas de entrelazados amantes
vestidos con besos.
Se escuchan ecos de gozos sin sombras, de primavera venida.
Corazones desnudos, unidos por siempre al candor de un anhelo.
Una nueva canción con letra en tu voz nunca oída.
Gotas de lluvia de invierno que contemplan apasionados momentos.
Abrazos y besos de amor sin sentido, de amor verdadero.
A centímetros de ti un destino incierto, un final soñado.
Victorias sin batallas, versos de acuarela, paisajes de seda.
A centímetros de ti un hombre honesto y sincero.
Sin razones inventadas, con misterios descubiertos.
A centímetros de ti, un poeta y un te quiero.