Todo el mundo tiene, tuvo o tendrá un animal que fue, es o será el de su vida. No hablo de tu pareja, hablo de ese ser maravilloso que acepta tal cual eres y nunca buscará cambiarte. Te enamoran tanto que terminan siendo el perro o la perra de tu vida. La medicina veterinaria es mucho más que atender y vacunar a perros y gatos. Es una profesión maravillosa, llena de nobleza, vocación, ciencia y fe, todo por el bienestar animal y humano. Te enfrentas a odios y amores. No hay puntos medios. Para los tutores de los animales eres un héroe o un villano. Aun así, es una profesión de mucho esfuerzo que vale la pena vivirla y sobre todo sentirla. Los animales, grandes maestros, no construyen maquinarias, pero nos inundan con su amor y aceptación sin medidas. En los animales no existe el placebo o el nocebo, cosa que si ocurre en los humanos. En este libro te ofrezco mi punto de vista y mi experiencia al respecto.