En esta obra, la historia y la acción se reparten cada una la mitad de lo narrado, siendo distinguibles con facilidad. La parte histórica, ambientada a mediados del siglo X, va unida al caudillo español y musulmán Almanzor, personaje que constituye un claro ejemplo de cómo tantas veces en la vida la realidad supera a la ficción, pues a su historia no le cabe ficción alguna. Los hechos y personajes que rodean al mandatario musulmán son preponderantemente históricos. Frecuentemente, eso sí, el autor recrea un pasaje novelado a partir de la escueta reseña de un cronista que solo ocupa dos líneas. La ficción se inicia en Resa, al sur del reino de Pamplona, a caballo entre dos ríos, el Ega y el Ebro. Este último la separa de Calahorra, tierra del islam. Del monasterio de Nuestra Señora de Resa partirá el protagonista de la novela, cuyas aventuras y desventuras le llevarán a la también islámica y próspera Zaragoza, capital de la Marca Superior, y luego a la «otra orilla», la del Guadalquivir, en el momento de mayor apogeo del califato de Córdoba o Al-Ándalus. La narración entrecruza amenamente al protagonista con personajes reales y principales del momento, manteniendo el rigor, pero resaltando la anécdota, los sentimientos y las pasiones sobre el frío relato histórico.