– Necesitaba estar solo -reconoce él con la mandíbula tensa-, fue la decisión más difícil de mi vida, pero comprendí que no puedes estar con nadie lleno de vacíos. Yo no te quería para llenarme, yo te quería para crear un camino juntos.-
– A mí, sin embargo, me empujó la vida -su voz es gruesa, el recuerdo no es agradable- o me quedaba sola o me quedaba sola. No había más -se encoge de hombros y comienza a sonreír-, y me impresionó…-
– …la libertad -interrumpe él, acompañando la sonrisa. Conoce bien su historia.
– La libertad -confirma, eleva los brazos al cielo y coge aire llenando los pulmones, saboreando cada sílaba. – ¡La libertad!
(«Hacia el invierno» – fragmentos ocultos)