Mariposas de alas rotas
despegan del suelo,
se tropiezan,
se agolpan.
Vibran ágiles al cielo maldito,
se enzarzan,
unas con otras.
Caen y se levantan,
no se dan por rendidas,
gritan sin boca,
abren las alas ajadas,
la barbilla levantada
y orgullosa.
Mariposas de alas rotas,
que veis al cielo desafiantes,
tomáis aire sin descanso,
no os rendís
ni cuando el viento sopla.
Mariposas de alas rotas,
¡quién aprendiera de vuestro dolor,
transformada la oruga en rosa!
¡Quién coserá vuestras alas
con remiendos
de medias rotas!