Bartolo, el cronopio que en la primera entrega de la trilogía se había ido a la dimensión √19, regresa para ayudar a Hilló, su amanuense, a seleccionar Su legado nocturno: un compendio de reflexiones, divertimentos o sentires acerca del mundo y del ser humano. En definitiva, el testamento de una persona cercana, mordaz y atormentada, que al final de sus días habla de sus cuitas, de sus fobias, de sus sueños, de la felicidad y de la muerte. Esta segunda parte de la trilogía adopta la forma de un poemario original, cargado de humor y de ironía, pero también de ácidas críticas y de un sentir doliente profundo. Una obra atractiva que no dejará indiferente a ningún lector. Escrita con un lenguaje poético muy accesible, está dirigida a un público adulto que guste de libros diferentes que se salgan de la norma.