Esta novela, inspirada en fuentes históricas, aborda desde una perspectiva jamás vista la vida de Vlad Draculea, príncipe de Transilvania (Rumanía), ofreciendo detalles que seguro que el gran público conoce, pero también incidiendo en otros aspectos menos conocidos de la vida de Vlad, como sus viajes al Vaticano. Aunque se trata de una ficción novelada, la obra tiene siempre en cuenta la realidad histórica y los grandes acontecimientos de una época aún muy desconocida de la Europa del Este y Asia, un periodo sin el que nuestro continente no se podría entender. La expansión del cristianismo, la indisoluble ligazón de los poderes político y religioso, incluso del infrapoder y el mundo esotérico, conforman buena parte de la esencia de la era medieval.