Amable lector, tiene en sus manos una novela histórica: unos escenarios reconocibles, unos acontecimientos acaecidos sobre ellos y unos actores, reales o literarios, manejados dentro de la relativa
discrecionalidad que el género novelístico permite al autor, los cuales tratarán de situarle en la segunda mitad del siglo XVI, aproximándole a la sociedad, a la política y a la economía del momento.
El hilo conductor arranca en la determinación de la Corona para culminar el proceso de aculturación del colectivo morisco, iniciado a poco de la conquista, que les aboca a la rebelión en el antiguo reino de Granada la noche de Navidad de 1568, dando lugar a lo que se conoce como la Guerra de Las Alpujarras.
El relato se centra en la incidencia de esa guerra en la sierra de Bentomiz y villas de la jurisdicción de Vélez-Málaga. La batalla y subsiguiente masacre del Peñón de Frigiliana acabará con la vida de un arriero morisco vecino de Torrox y de casi toda su familia, pasando el testigo de protagonista a sus dos hijos menores, niño y niña, supervivientes desde entonces en la ciudad de Málaga, a la que fueron conducidos bajo la condición de cautivos. Como diría el filósofo italiano Giordano Bruno, contemporáneo de los hechos aquí novelados, se non è vero è ben trovato. Para entendernos: que si no sucedió así, bien pudo suceder…