Estoy seguro de que tu primera impresión al ver la portada de mi tercera novela, La ecuación que resuelve el enigma, fue impacto. Quizá también curiosidad al ver a dos personajes enfrentados. Al fin y al cabo, esas sensaciones son las que tienen que suscitarte las portadas, ya que definen tu historia y, está claro, si no son las adecuadas y el diseño no se ajusta al contenido de la novela, el lector lo va a notar.
En este caso, Francisco José Asencio fue quien dio forma a esta portada, cuya idea tenía muy bien definida y clara desde el inicio. Como sabemos, Rubén (a la izquierda) tiene que encontrar cinco números que componen una ecuación e, inmediatamente después, resolverla para destapar el enigma de quiénes se ocultan detrás de una organización que conoce bien a nuestro protagonista. El cabecilla: nuestro odiado antagonista Shareef (a la derecha). Aparte, la vestimenta y los símbolos religiosos son importantes: por ejemplo, Rubén lleva colgada una cruz porque es muy religioso, al igual que el turbante de Shareef es un símbolo de fe.
Cuando concebí la idea de portada, no tuve dudas de que esa imagen debía reflejar el enfrentamiento constante entre ambos, un conflicto casi intelectual que tiene su punto de partida en un momento exacto de la historia que no puedo desvelarte. Pero… ¿qué hay del fondo? ¿Esa mezquita existe? ¿Por qué he puesto esa y no otra?
En efecto, la mezquita existe. No es otra que la mequita Umm Al-Qura, que se podría traducir como «madre de todas las ciudades». Se sitúa en el corazón de Irak, más concretamente en la capital de la antigua Mesopotamia: Bagdad. Una de las ciudades más importantes del mundo por su valor histórico, religioso y cultural. Esta construcción en concreto fue realizada durante el régimen iraquí de Sadam Huseín y es considerada lugar de culto para los musulmanes sunitas. Además, tiene muchas referencias a la Guerra del Golfo, como por ejemplo su altura: 43 metros, que aluden a los 43 días que duró este conflicto.
¿Y por qué Bagdad y no otra mezquita de otra ciudad cualquiera?
Pues porque en Bagdad es donde Rubén y Shareef se verán las caras y donde tendrá lugar la resolución final de la ecuación. Un lugar donde la continuidad de la vida de nuestro protagonista dependerá de la decisión de una única persona: Shareef.
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