Estos poemas son un encuentro con lo profundo, un camino hacia el autoconocimiento. Dejar atrás la imagen de lo preestablecido para hablar de la pérdida, la herida, la soledad. Perder el pudor a las palabras que nos desnudan y nos dejan a solas con la verdad. La naturaleza y el silencio como refugio donde la introspección me ha llevado a veces a la pregunta y otras a la respuesta. Detenerse, oír, mirar más allá de uno mismo, agudizar los sentidos y que la palabra le ponga significado a lo que pasa dentro. La naturaleza acostumbra a enseñarnos la realidad misma, solo hay que pararse y contemplarla. Ser árbol como el árbol, mar como el mar, cielo como cielo. Treinta y un poemas que dialogan con lo íntimo, fruto del trabajo de años de escritura, donde he querido romper la madera temporal del pensamiento y dejar fluir la palabra como el agua entregándose a la raíz, encontrarme con lo que es original. Palabra y pensamiento en treinta y un poemas escritos desde dentro.