Lucía Ruiz (Córdoba, 2001) pasó su infancia en una casa de campo a las afueras con sus padres y sus dos hermanas mayores. Cuando cumplió diecisiete años, se instaló en Córdoba capital para estudiar el grado universitario de Estudios Ingleses (Filología Inglesa) en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Córdoba, ya que es una gran apasionada de la lengua y la literatura anglosajonas. La vida en la universidad y alejarse de sus familiares fue el comienzo de su devoción por la escritura.
Tras haber pasado su adolescencia leyendo historias de romance y juveniles, se lanzó a escribir pequeños relatos de la vida cotidiana, y cuando descubrió el thriller de misterio, empezó a mezclar ambos géneros como desencadenantes el uno del otro en microhistorias que se quedaban para ella.
Desde muy pequeña se metió de lleno en el inmenso mundo de la literatura, recordando con mucho cariño los primeros libros que disfrutaba con ocho años, Pamela Panamá, Gerónimo Stilton y demás personajes. Después de varios cambios drásticos en su vida, se instaló permanentemente en Córdoba, dejando de compartir piso y comenzando a vivir sola, y adoptando a sus dos gatos, Garfield y Dínora (sus bebés peludos) y con una nueva filosofía de vida.
Comenzó a apreciar la belleza de la soledad y el amor propio como una nueva forma de vida para sanar por dentro. En este proceso, descubrió lo gratificante que era viajar sola a nuevas ciudades, probar nuevos pasatiempos, aprender un nuevo idioma, cocinar un postre difícil, cuidarse y dedicarse todo el tiempo del mundo y no brindárselo a cualquier persona.
A raíz de esto, desarrolló mejor sus historias, empezó a vivir, a dejar que su imaginación volara y a apreciar cada cosa que la vida le daba. Ha sido tal el descubrimiento de la soledad selectiva, que pocas veces necesita la compañía de nadie más, y hasta ahora es de sus mayores logros y por lo que se está eternamente agradecida.