Maissa Ferrero nació en España a inicios de los años 70. Hija de un matrimonio mixto, algo bastante atípico en aquella época, con apenas un año y medio se marchó a vivir a Brasil, donde comenzó a ir a la guardería. Tiempo después la familia regresó a Barcelona y luego se instaló Madrid. Su padre se convirtió en un exitoso hombre de negocios y ella se educó en uno de los colegios más elitistas de la capital. Maissa y su hermana pequeña empezaron a recorrer el mundo desde niñas. De hecho, la autora cursó parte de sus estudios en Francia, Inglaterra y Estados Unidos. Su familia tenía también un fuerte vínculo con Suiza, donde su hermana pequeña vivió durante más de diez años.
Hoy en día, la familia sigue esparcida por el mundo, aunque Maissa siempre sintió un fuerte vínculo con el norte de España, primero Galicia y finalmente Asturias, donde reside. Se considera asturiana de adopción, aunque siempre con un ojo abierto al mundo. Desde muy pequeña fue siempre muy independiente, a ratos un poco solitaria, pero a la vez le gusta mucho socializar y cuenta con amigos de diversas nacionalidades, a lo cual contribuye su dominio de varios idiomas, cosa que todos los miembros de la familia tienen en común.
Estudió un grado y Marketing Internacional. Después hizo un máster en Dirección de Comercio Exterior. Poco antes de los treinta cursó bachillerato artístico y después, viviendo en América del Sur, descubrió la que sería su gran pasión, la comercialización de gemas de alto valor y joyas. Cursó estudios de joyería, labor que se convirtió en su actividad profesional. Lleva años vinculada a causas benéficas, primero en Mensajeros de la Paz y El Rastrillo. En la actualidad colabora como voluntaria en la Fraternidad de Francisco.