Mario Castillo Ros (Granada, 1971) estudió en Las Gabias y con trece años se trasladó a Girona, donde cursó bachillerato y COU en el instituto Jaume Vicens Vives. Ha trabajado en mil empresas y ha vivido en mil calles. Desde 2004 es fijo en Correos, donde ha desempeñado funciones de clasificador, cartero y atención al cliente. Actualmente desempeña labores de delegado sindical.
En la empresa postal conoció a una persona que le recomendó a Bukowski. Cuando leyó sus andanzas postales supo que estaba en el trabajo ideal, aunque como los finales felices sólo suceden en las novelas bonitas, su trayectoria profesional siguió otros derroteros menos literarios y «bukowskianos». «Leo, luego existo. Siempre me he definido como un yonqui de la literatura y no como un camello. Soy consumidor y no productor, hasta que ha llegado esta colección de relatos que conforman un tributo a una persona esencial en mi vida, que fue y que, de alguna manera, sigue estando a mi lado velando las páginas de nuestra vida».