«Entre creer y conocer hay una gran diferencia. Creer es algo más romántico y emocional. Conocer es más racional y realista. Creer nos mantiene adormitados. Conocer nos mantiene despiertos».
Estas palabras nos acercan al tipo de persona que es Ross Ainz, nacido el 28 de septiembre de 1983. A temprana edad mostró el gusto por la lectura y la narración, influido por sus padres. Su gusto ecléctico literario lo ha llevado a romper las cadenas de sus pensamientos y a salir de su propia caverna platónica, manteniéndose en constante cambio a través del conocimiento y de las experiencias, cuestionándose constantemente cómo vivir, pero manteniéndose siempre fiel a sí mismo y a su filosofía del amor:
«El amor es eterno. Una vez se ama, no hay marcha atrás; puede estancarse o crecer, pero no desaparece; no se deja de amar cuando realmente se amó».