Nunca se ha separado de su madre, siempre ha vivido su vida a través de ella. En un momento dado, un hermano suyo la llevó a Cataluña y luego se olvidó de ella durante siete años, ofreciéndole así la ocasión de reflexionar sobre la separación involuntaria entre su madre y ella.
Siendo menor de edad, y no pudiendo viajar sola, decidió llevarla con ella (aunque solo fuera escribiendo). Todo empezó como un pasatiempo, y a medida que iba llenando las páginas, ella cobraba vida delante de Sectiva. Los recuerdos afluían a su memoria como chorros de agua fría. Recuerdos que ella iba ordenando a través de los años que vivió con ella. Llenaba cada noche páginas enteras, y al día siguiente las remodelaba y acariciaba como si fueran sus propias manos. Así vivió de nuevo la vida de ambas juntas, su presencia era tan real…
Fue la magia de la escritura que hace revivir a tantos personajes la que le la trajo con ella de nuevo. Ya nunca más estuvo sola, con su compañía creció y se hizo mujer. Este es un homenaje a su madre, que le dio varias veces la vida.