Me encontraba demasiado triste por el camino que estaba tomando mi vida, no era tan emocionante como me imaginé que sería, ese plan perfecto que había trazado de niño era el mayor de los laberintos ahora en la realidad. Sabía que tenía la capacidad de lograr cualquiera de mis metas pero algo dentro de mí lo impedía.Me estaba desahogando a su lado y honestamente me sentía patético mientras me miraba con unos ojos que no veían nada. Tomé una pastilla para irme un rato lejos de este mundo.
-¿Que harás al respecto? me preguntó.
-Drogarme con Alprazolam
-Crees que es la solución del problema ?
-No… pero no veo otra salida.
Se acercó a mí poco a poco, tocó mi cara con la delicadeza de una reina, localizó mis labios y me besó. Podía sentir toda su energía en mi boca y de pronto sentí un dolor insoportable, me había mordido.
-En la vida. Me dijo. -no encontrarás nada perfecto, la vida te besará, jugará contigo y cuando menos te lo esperes te morderá sin piedad, eres un juguete para ella, un simple títere de sus placeres. Aún así su beso vale mucho pues la muerte siempre anhela robarle a sus amantes.
Me bajó el cierre, subió su vestido y empezamos a tener sexo, un sexo que terminó en hacer el amor.
-Cierra los ojos, quiero que me sientas. Cada vez que necesites salir de tu mundo con una droga, ven y sácame del mío, sé mi alprazolam. Enséñame la realidad que te entristece, tal vez al escuchar la mía te alegres de tu suerte. Muéstrame un poco de tu mundo y ayúdame a salir de la oscuridad del mío, regalame una brisa en un lugar diferente, una sonrisa que nadie logre volver a sacar. Al verme alegre bajo mi condición estoy seguro que tendrás conciencia de la belleza que me han arrebatado y tu mente no podrá entender la suerte que corres.
Justo cunado estaba a punto de tener el orgasmo se detuvo y se separó de mí.
-Conviérteme en tu reto y yo seré tu vida. Nunca sabrás qué quiero, cómo estaré ese día, si te odiaré o estaré desesperada por verte, si te dejaré plantado o si estaré primera en el lugar de la cita. Si dejaré que me folles o yo te dejaré con las ganas. Acepta el reto y nunca más toques esa pastilla o tómatela y renuncia a mí, a tu vida… para siempre.
Se fue con su vestido preciso que ocultaba su ardiente personalidad y con un bastón que la ayudaba a ver. Tiré la pastilla al suelo, la tomé de la mano y le ayudé a salir por la puerta diciéndole al oído.
-Acepto el reto, a partir de ahora tú serás mi vida y yo seré tus ojos.