No todo iba a ser terror, aquí va lo nuevo que he escrito, un poco más triste, algo diferente.
Nevaron incertidumbres, y nevaron hasta en aquel verano que parecía que no iba a terminar. Llovió muchísimo durante cada segundo que pasé a tu lado, pero supongo que corrimos bajo la lluvia, empapándonos los zapatos en los charcos de barro y agua. Ahora cada vez que la tierra se moja yo cierro los ojos y pienso en ti. En el tú que no salió volando con el primer huracán que sopló en contra, pero ya solo es un recuerdo grabado en la tierra y que solo veo si cierro los ojos con fuerza en las noches de tormenta. Cayeron truenos, rayos y relámpagos, y a cada sacudida yo me sentía más fuerte para coger tu mano y no soltarla, mientras a cada rayo de luz tú pensabas en como buscar otra salida. Supongo que por eso cuando salió el sol yo estaba mojada bajo aquellos rayos y tú seguías con los pies embarrados. Al final resultó que fui yo, quien encontró la salida.
Vaya, parece que al final, si que era una historia de terror, ya sabéis lo que dicen, el miedo es lo que tiene.
Laura.