Aún no sé cómo es posible que haya aterrizado aquí. Después de tanto tiempo y tantas desilusiones, este proyecto que inicialmente se forjó en hojas de cuaderno y borradores de Word, ha salido a la luz. Treinta voces. Caos ha sido un regalo, a pesar de todo el trasfondo que lleva consigo.
El hecho de que la editorial me diera la oportunidad y reconociese todo mi trabajo, es algo que hoy día aún me cuesta creer. Siento una enorme satisfacción por haber cumplido todo un sueño. Y, sé que si no hubiera sido por algunas personas, nunca me habría atrevido a dar el paso.
Con Caos empecé una etapa de mi vida que se ha visto marcada por el desastre, las desilusiones y las primeras veces. Parecerá increíble, pero he madurado con cada una de esas historias y me he visto crecer a mí misma tanto emocional como intelectualmente. Escribir me ha servido siempre como vía de escape y nunca me imaginé que podría llegar a conseguir esto.
Treinta voces. Caos está en mis manos, en físico, para los restos de la historia. Así que, yo animo a todos aquellos y aquellas que os gusta escribir, hacedlo siempre, nunca dejéis de hacerlo, atreveos a mostrárselo al mundo, porque todo lo que hagáis de corazón, siempre será bueno.