Su móvil suena otra vez y ella mira la pantalla desganada. Es un día de esos perezosos de peli, manta y un montón de palomitas. Todo parece aburrido hasta que llega un mensaje de él.
Está viendo «Regreso al futuro» pero acepta perderse su parte favorita con tal de dedicarle un momento y responder. Parecería bonito sino fuera por el vacío que siente tras pulsar «enviar» Mira la peli, desconcentrada y con un nudo en la garganta; «Odio las cosas a medias» piensa, mientras se tapa más con la manta, porque ahora, el frío, parece mayor.
Otro mensaje suyo, y ella se obliga a repetirse «Estamos bien» Y lo están, claro que sí, hablan, salen y lo pasan genial, y si hablamos del sexo, eso ya es otro mundo. Pero siente que no está, que todo está a medias. La cosas entre ellos no son serias, más bien es todo un secreto. No se irán juntos de viaje o de comida familiar, ella no se quedará a dormir en casa de él, y eso le hace sentir que todo se ha quedado a medias, por bien que todo vaya entre ellos.
Sabe que antes hubo otra, que con ella las cosas eran completas, que la llevaba a casa y de viaje, que le rompió el corazón y ahora él tiene miedo. Ella lo acepta y se conforma, porque al menos, esa mitad es maravillosa. Pero sabe que no hay amor, no del todo, así que mira sus mensajes y no puede evitar preguntarse si alguna vez tendrá eso ella; ser la primera, en todo. Todo está bien, pero está cansada de sentirse la tirita de las heridas de otro , la que nunca es suficiente para una historia completa.
Deja el móvil, sin responder su último mensaje, sabiendo que volverá a encenderlo cuando se convenza, de que «todo va bien»