Existen efemérides para cuantiosos eventos, algunos importantes y otros no tanto. En este artículo me referiré a la relevancia del día internacional del libro.
El libro es un artefacto mágico en el cual se grava cultura. Recuerdo que, en mi temprana infancia, incluso antes de saber leer, contemplaba esos gruesos volúmenes como unos portales abiertos a otras dimensiones. Esos bultos de múltiples hojas me inspiraban un montón de sensaciones indescriptibles. Y me refiero que sus portadas y su superficie me podían provocar miedo, amor, curiosidad, tristeza, alegría y otras emociones. A todos los que estaban a mi alcance, los manoseaba y algunos los acababa leyendo. Llegué a consumir ejemplares que no eran para mi tierna edad y terminaba perturbado.
Existen muchos tipos de libros, los cuales dan cobertura a las variadas disciplinas de la cultura y abarcan: ciencia, conocimiento, entretenimiento, espiritualidad, artes, historia, poesías, novelas, relatos, deportes y aspectos cotidianos de la vida. Sin lugar a duda, puede afirmarse que hay libros para todos los gustos y necesidades.
¿Por qué son tan importantes los libros? Porque al abrirlos uno se imagina una invitación a sumergirse en otros mundos. La escritura congela los tiempos y los libera al ritmo de cada página leída. ¿Habrá algo más asombroso que esa sensación? Al hojearlos, se establece una mágica conversación entre quien lo escribió y quien los lee. Al movernos a través de las letras se percibe que están dirigidas a uno. No importa cuantas veces haya sido leído, una parte corresponde al escritor y la otra al lector. La literatura es el arte de la conexión humana, por eso es tan poderosa. Los libros son las memorias interactivas de esas manifestaciones. El acto de leer nos convierte en parte de la trama.
¿Cuándo se inventó el primer libro? Su origen se remonta a la antigua civilización mesopotámica por los sumerios en el IV milenio a.C. La evolución continuó en consonancia con los grandes imperios de Egipto, Grecia y Roma.
El libro moderno se instituye con la Biblia de Gutenberg editada en el año 1455, la cual se convirtió en el primer gran libro impreso en Europa usando una imprenta con tipos metálicos móviles. se le llamó la “Biblia de 42 líneas”, porque tenía 42 líneas impresas por página, dispuestas en dos columnas en letra gótica.
El Día Internacional del Libro se celebra cada 23 de abril. Esta conmemoración fue establecida en 1988 por la UNESCO. La razón que inspiró la fecha fue porque ese día, en 1616, fallecieron Cervantes, Garcilaso de la Vega y Shakespeare. Además, la fecha coincide con el nacimiento o la muerte de otros autores prominentes, como Maurice Druon, Haldor K.Laxness, Vladimir Nabokov, Josep Pla, Manuel Mejía Vallejo y William Wordsworth. El homenaje fue instaurado para promover el placer y los beneficios de la lectura.
Cada año, la UNESCO y las tres organizaciones profesionales internacionales del mundo del libro (la Unión Internacional de Editores, la Federación Internacional de Libreros y la Federación Internacional de Asociaciones e Instituciones Bibliotecarias) eligen una capital mundial del libro, cuyo mandato empieza cada 23 de abril.
El 23 de abril del 2024, la ciudad de Estrasburgo (Francia) se convirtió oficialmente en la Capital Mundial del Libro de la UNESCO 2024 (WBCC, por sus siglas en inglés), sucediendo a Accra (Ghana), que lo fue en 2023.
La celebración es una fiesta que tiene diversas manifestaciones en todo el globo terráqueo, porque el libro es cultura.
En estos tiempos de las Tecnologías de la Información y Las Comunicaciones, de las Redes Sociales, de la Transformación Digital y de la Inteligencia Artificial, es pertinente preguntarse ¿Cuál será el destino de los libros? Me atrevo a comentar que están sujetos a evolucionar en forma, mas no en su propósito. En lo personal, sigo siendo un romántico de los aromas de los libros físicos y de la sensación maravillosa de poderlos manosear. Aspiro que las bibliotecas y las librerías perduren por siempre.
Estoy convencido de que todo ser humano es un lector y un escritor, facultado de los talentos particulares que nos ha otorgado el Divino Creador. Leemos y escribimos de múltiples maneras desde el nacimiento hasta la muerte. La vida comienza como un libro de páginas en blanco y termina plasmado con las letras del viaje realizado. Nuestras decisiones, acciones y omisiones definen el contenido de la obra.
Cosme G. Rojas Díaz
Escrito original el 15 de abril de 2023, editado el 19 de diciembre de 2024
@cosmerojas3