La estudiantina
Hoy quiero contar por la época que estamos, algo que vivimos en la juventud hace más de sesenta años, y que sería muy destacado: celebrar la fiesta de fin de curso de los estudiantes. Entonces, los universitarios, celebraban a lo grande el fin de carrera.
Este fin de semana, por ese motivo, los estudiantes cantaron -Sola se queda Fonseca, triste y llorosa queda la universidad y los libros…y los libros empeñados en el monte, de piedad-. Todo esto me emocionó el sábado cuando los jóvenes estudiantes se reunieron, seguro comieron juntos y después de media tarde se oían los cantos en castellano, de los y las jóvenes estudiantes, por la zona de la universidad “Santi Spíritus” de la villa, que lo alargaron toda la noche.
Recordé cuando jovencita en el pueblo, a primeros de junio, al volver a casa los estudiantes lo festejaban con comidas y cantos. Entonces, cuando lo más tarde para estar en la calle sería las doce de medianoche. Ese día les daría el alba. Entonces solo eran hombres – chicos jóvenes que de madrugada, ya bastante alegres o muy pasaditos de alcohol, y quizás muchos su primer puro, por tanto, con voces ya poco entendibles, despedían su fiesta. La fiesta que siempre guardarían en sus memorias; para cantar serenatas en la puerta de las mozas, amigas o medio novias.
Todo esto lo cuento recordando algo que yo tampoco he olvidado. Que siempre sentí pena de no poder estar entre aquellos y aquellas que lo celebraban y hablaban de las asignaturas, de eternizar los días estudiando para aprobar con éxito. Para que los estudiantes vestidos de tunos cantasen, al alba en mi puerta y sacarles la copa de aguardiente, o la botella, que al final serían los mejores tragos.
¿Cuántas cosas que hemos deseado no pudieron ser? Quizás casi nada de aquello lo pudo y fue el jodido destino quien decidió por mí.
A modo de venganza a la suerte, mañana para ir a la feria del libro, me voy a disfrazar…. El disfraz ya lo tengo preparado…De «valiente”. Y, como aquellos tunos, me envolveré en la capa, con tacones altos y me vestiré de Zíngara.
Dejare atrás mi timidez y…¡¡¡caña al mono!!!
Cheña