Hijo, no me dejes porque tengo frío
La vejez, la felicidad y la muerte.
Dicen que la vejez no existe,
la felicidad en la vejez no existe.
No existe el amor, la mentira existe.
También el engaño- la barbarie existe.
El dinero ayuda, el odio sí existe.
Los muertos no mueren, la hipocresía rige.
Manos enlazadas de amores tardíos,
surcadas de pliegues de tiempos vencidos.
Lágrimas amargas rompiendo suspiros,
hijo, no me dejes, porque tengo frío,
-tu calor me falta porque no respiro.
El azul del cielo quiero ver contigo,
recordar los tiempos los años de niño.
¡Madre, dame un beso porque me he caído!
Los besos de madre, los besos de niño.
El dolor no duele cuando hay cariño.
Mira las estrellas, reflejan el río,
la noche se aleja…, es que siento frío.
Quiero que me pongan mi mejor vestido,
el blanco que tengo lavado y cosido.
Hijo, dame un beso, que ya tengo frío…
El olor a incienso negro envejecido,
salgo de este mundo de este mundo frío.
Autora: HAG
Cheña