Llueve sobre mojado – Mujeres ( Reflexión popular)

Llueve sobre mojado – Mujeres ( Reflexión popular)

LLUEVE SOBRE MOJADO

Noviembre. Mientras el gran barco naufraga, con la tripulación y pasajeros dentro, no muy lejos encontramos otro barco a la deriva; le damos señales a las que nadie responde, tan solo el enemigo de todos, los que no entienden nuestra lengua —nadie entiende ya las lenguas de otros—, solo se escuchan las llamadas de socorro pidiendo auxilio a los oídos sordos.

En este grave retroceso, en años, se vuelven a pasar miserias…, tristes miserias. Solamente faltan los tanques. Ahora, los muertos son sin responsables… Ponen la soga al cuello y caen por su propio peso. Suicidios, asesinatos, atropellos: todo ello más que de muerte natural.

Manifestantes invisibles en las calles de las grandes urbes. Niños ensangrentados por la magia del arma sofisticada. Personas pataleadas en el suelo frío, mojado o caliente. ¿Qué sentirá una persona cuando la acorralan hombres armados vestidos de negro, con la cara cubierta, gritando, refugiándose en metal brillante anti golpes: antibalas? Libertad (0).

Mujeres

La voz del pueblo esta adormecida, callada por el miedo. «No digo nada que me mandan del trabajo y ni embarazarme puedo». Si mandan las mujeres, igual que el caballero. Señor de pacotilla que engaña a los obreros. Hijos que se hacen viejos en casa, viviendo del abuelo, les sacan del asilo para comerse el sueldo. Cuántas lágrimas amargas se tragarán los viejos. Los viejos de mi alma… que ya estoy entre ellos.

Multitudes de personas y familias acuden a donde les pongan un plato de comida, ya no tienen casa. Las tienen los banqueros —también los empresarios—, lo mismo que el Gobierno. Algunos deportistas mezclan el deporte de grandes masas para labrarse sus propios paraísos fiscales a buen recaudo, rebañando los euros de los ignorantes, seguidores y pudientes que disponen de efectivo.

Luego están los otros, que viven a su bola, evadiéndose del pago a la hacienda (que dicen que somos todos). Mientras, muchos de ellos disfrutan de un buen nivel de vida en los pueblos donde solo viven personas mayores. Quizá guarden el oro y la plata fina y diamantes saqueados en el panteón del PATRIARCADO, poderoso y respetado, camuflado y custodiado por ellos mismos mientras obsequian a sus muertos con finísimas gardenias, orquídeas y camelias, junto a las rosas más caras del mercado.

Demasiados gobernantes para tan poco Gobierno. Ellos son los gobernados por ellos mismos. Nos manipulan con gastos masivos cada dos por tres con elecciones engañosas, plenas de insultos y embustes hacia el contrario. ¡Disciplina o educación! (0).

Mientras, por el país, campos abandonados que generaban dinero, trabajo de los campesinos que, engañados, los cedieron.

¿Dónde quedan los productos? Los productos de mi pueblo, los que mejor se cocían con el agua del invierno. El trabajo al aire libre produciendo, enriqueciendo. Trabajo para el fabricante de herramientas del obrero. La dignidad de los pobres se la arrancaron de lleno, dejándolos todo el día mirando al sol sin tenerlo.

Se acaban las razas puras por tanta mezcla huyendo de las miserias del campo, tan indignas de los pueblos. De las tierras españolas que tanto producto dieron. Hijos que se marchan fuera, hijos que se marchan lejos. Creo que no valió la pena trabajar con tanto esmero. Los niños de los sesenta, sin niñez, familia y pueblo.

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