Los recuerdos, los colores de un paisaje olvidado,
no hay ninguna razón para guardarte en mi mente.
Este dolor me quiebra y los pedazos no se componen;
ignorar no sirve cuando permití que eches raíces en mi.
El vil remordimiento de no seguirte,
no abrirme, correr a lo desconocido.
Lo horrible que verías de mi
al caer la máscara con la que me viste.
Lo siento una y otra y otra vez,
hundiéndome en cambiar una vida.
Un imposible anhelo egoísta,
arrojándome en cara lo que no fue.
El veneno de la esperanza de volverte a ver.
¿»Lo lamento» será suficiente si lo digo por siempre?
El desencanto de mi máscara se acabó.
La verdad es algo que destroza sin piedad.
No te ofrecí la oportunidad
de que mi corazón vieras.
La superficialidad importa
al detestar cada parte de tu ser.
La inquebrantable máscara no viste más.
Me la arranco en paz pero sin tu presencia.
Lo lamento, no soy lo que ves, me odio…
ya no estás aquí…y quisiera que estés aquí.