No quedan ni 48 horas para que finalice el año, así que no podía demorarme más en escribir si de dejar esta promesa cumplida se trataba. Y bien, ¡cumplida está!: papá, tu libro está publicado, la presentación fue todo un sentido homenaje en el que un buen puñado de gente que te quiso hizo posible que estuvieras de nuevo entre nosotros y toda la primera edición se ha vendido. Ahora, tus palabras vuelan solas y a saber a dónde llegarán. Ojalá que lejos.
El uno de diciembre pasado nos invitaron a mamá y a mí a las instalaciones del CIMES donde hemos destinado los beneficios de esa primera tirada de ejemplares de «¿Dónde estás, papá?». Pudimos conocer el trabajo que allí se realiza y nos explicaron exactamente en qué se destinaría nuestra aportación. Se trata de un proyecto de investigación sobre biopsia líquida. ¿Te imaginas poder detectar un tipo de cáncer con tan solo un análisis de sangre? Y además, detectarlo de manera precoz, muy muy pronto, incluso anticiparse a las recaídas. ¿Te imaginas que estas técnicas sirvieran para dar un mejor y temprano diagnóstico e incluso hacer que los tratamientos fueran más personalizados y menos invasivos? Pues en esto están trabajando estos investigadores y en eso es en lo que nosotros hemos colaborado en esta ocasión. Nosotros y todos los que han comprado hasta ahora tu novela, por supuesto.
Para todos ellos, y para los que lo harán en adelante, dejo aquí la reseña que en la web del CIMES consta como recuerdo de nuestra contribución, que a su vez esperamos que sirva para llegar a más personas que quieran formar parte de esta causa a través de la lectura de tu libro, que me parece a mí una muy buena forma de hacerlo, ¿verdad?