La intensidad es sinónimo de fuerza, energía, magnitud y vehemencia.
Un ser social con esa dimensión de apasionamiento por la vida construye el amor y adereza la pasión con optimismo, vive cada instante a plenitud, sin obligar, ni acosar, porque es consciente que el amor no es prisión ni imposición.
Una mujer intensa es como un soplete para estimular el deseo, la complicidad y la amistad; cuando fracasa en el intento vuelve activarse y cuando reconoce la imposibilidad, admite sus limitaciones aunque sufra la pérdida, porque siempre es leal a sus valores y principios.
La intensidad en una mujer es sello de auto conocimiento, pasión y autonomía.