NOCHES DE TERCIOPELO
Cuando en el sentir del alma dibujamos
un lucero, quisiéramos que este sea el
que más brille en el cielo. Alumbrando
nuestras noches – las noches de terciopelo.
Momentos de nuestras vidas las que pasan en
silencio, el silencio que adormece los anhelos
y deseos. Son los sentires del alma, del alma
y de nuestro cuerpo – cuerpos amantes que
amarran o desatan los momentos.
Quise dibujar la noche y eternizarla en el tiempo
que nos cubra con su manto, de intensos colores nuevos,
brillantes como tus ojos cuando arden de deseo.
Cuando quemando mis manos mientras brillan los luceros,
nos arropa con su manto las noches de terciopelo.
H A G.
Cheña