Bienvenidos a un nuevo post de Crónicas del Juego Eterno. Hoy toca que conozcamos un poco más a la princesa del Imperio Elemental, Halaxa Van Teisho.
Al inicio de la novela nos presentan a una hermosa joven rubia de casi dieciocho años, ojos azules, tez blanca y una hermosa sonrisa. Es una mujer carismática, tozuda y llena de valor, pero también abatida por la pérdida y castigada por la culpa.
Para entrar en materia vamos a adentrarnos un poco en los años que pasó en la academia militar, donde aprendió los valores de la lealtad, la amistad y hasta pudo encontrar su primer amor. Sus inicios con Jin fueron abruptos ya que no paraban de pelearse y picarse, pero la verdad es que gracias a él fue capaz de sacar su máximo potencial.
Este hecho se afianzó cuando se reencontraron tras ser expulsados y empezaron a entenderse, hasta el punto de convertirse en un dúo imparable. Halaxa abandonó el deseo de dominar todas las sendas de magia y hechizos posibles para centrarse solamente en la que era más afín, y ella le obligó a él a dejar de imitar los movimientos de su padre y crear sus técnicas originales.
A pesar de que tiene un don natural para liderar y guiar a su gente, dejó esa tarea a Jin en la Guardia Sacra. Este grupo, formado por plebeyos, un extranjero y la futura emperatriz, fue de lejos el más variopinto de toda la academia, aunque para ellos era el sitio al que pertenecían. Juntos se fortalecieron y forjaron una amistad inquebrantable; también por primera vez Halaxa pudo ver al hombre en el que Jin se convertiría.
Como futura reina del Imperio Elemental tuvo que decidir y elegir entre abandonar su hogar e ir en busca del hombre que ama o quedarse y proteger su patria… Yo tengo una pregunta para vosotros. ¿Qué escogerías tú?
Gracias nuevamente por seguir este blog y al viajero de Eros.