1-¿Qué parte del relato te fue más difícil de escribir y por qué?
La parte de mi biografía, la relativa a la época en que me fui de casa y anduve a la deriva por el submundo de la noche. Una de esas manchitas en el CV personal que no deseamos que aparezca, pero no por no hablar de ellas las eliminamos. En contra de lo que creemos, paradójicamente, considero que haberla traído a la palestra, va a contribuir a que se diluya y se disuelva con facilidad. En este caso particular, tenía especial interés en darle visibilidad al tema de la prostitución. Quería normalizarlo en la medida de lo posible. Contar que aunque fue un episodio difícil en mi vida, ya no me avergüenzo de ello. Poner de manifiesto que ese continúa siendo un foco infeccioso para las mujeres, que no desaparecerá mientras su caldo de cultivo se siga alimentando por el machismo. Foco propicio para desestabilizar y desestructurar el mundo emocional de las mujeres que se ven involucradas en este submundo.
2-¿Cuál era el objetivo y la finalidad del libro? ¿Lo has conseguido? ¿Qué te motivó a escribirlo?
Aunque este relato se escribió a modo de diario en su día, lo hacía por costumbre y porque me sentía mejor al ponerle palabras a mis idas y venidas por los vericuetos de la vida, nunca pensé en hacerlo público. Una serie de carambolas y el distanciamiento de la historia, los años, estar convencida de haber superado (casi) la dependencia y pensar que podría ayudar a otras mujeres a reconocerse, mirándose al espejo de mi historia.
La finalidad de publicarlo es que llegue a cuantas más mujeres, mejor.
Sabremos si lo hemos conseguido cuando pase un tiempo.
De momento, sí parece que estamos consiguiendo despertar interés en muchas de ellas.
3-A nivel personal, ¿qué has conseguido escribiendo la biografía?
He conseguido sentirme liberada de una carga innecesaria. Un tratamiento terapéutico. Ha sido como tener un archivo en el disco duro del ordenador que está ocupando demasiado espacio (espacio que necesito para archivos nuevos); que luego se ha extraído y guardado en una nube externa y colectiva.
4-¿Qué se te ocurre para divulgar a los adolescentes esta visión sobre las relaciones tóxicas?
Creo que sería conveniente que desde la Administración, en los Centros Educativos, se establezcan asignaturas o talleres permanentes y adaptados a su lenguaje, sobre la conducta y las relaciones humanas, especialmente en lo relativo a las relaciones de pareja, que ayuden a acabar con los roles obsoletos y dañinos para las mujeres.
5-¿Cómo te ha influenciado emocionalmente narrar las experiencias de Gloria?
Emocionalmente hablando, he vivido varias fases:
La primera, con la narración en tiempo real y la carga de emociones y sentimientos a flor de piel, según el momento.
La segunda, cuando vislumbré la posibilidad de publicarla y la pasé al ordenador ocho años después. Revivir aquello fue doloroso, la rabia, por haber consentido que pasara, la impotencia de sentirme a merced de alguien… Lloré mucho durante esta fase.
La tercera, configurando el orden de los textos, expurgando y filtrando, seleccionando lo que se publicaría y lo que no. En este apartado el dolor desapareció, creo que aquí empezó, de alguna manera, el desapego de aquella etapa de mi vida. Incluso puedo decir que este proceso me resultó divertido, me salí de mi historia para narrar la historia de otra persona.
La cuarta, cuando entregué el texto encuadernado a la editorial. Me sentí nerviosa y expectante.
La quinta, la editorial acepta mi relato y lo publica. Aquí hubo momentos de duda: ¿Estaré haciendo bien? ¿Me estaré exponiendo demasiado? ¿Y si Gonzalo se entera? ¿Y si se enteran los demás? ¿Y si en el trabajo conocen mi historia? ¿Estará bien presentado y diseñado? ¿Hasta qué punto me importa lo que piensen los demás? Preguntas que, paradójicamente, me empujaban a recular y al mismo tiempo me impulsaban a seguir adelante.
La sexta, ahora todo eso no me importa. Estoy convencida de que hice lo que tenía que hacer. He sido, y me he sentido libre al hacerlo.
6-¿Qué sentimientos han quedado en ti de Gonzalo, una vez que finalizaste la novela?
Mucha rabia, que arrastré durante bastante tiempo, hasta que me convencí de que él era otra víctima más de la anarquía y del caos emocional en el que se había instalado desde niño. A fecha de hoy, ausencia total de sentimientos hacia él, tengo la sensación de no haberle conocido siquiera.
7-¿Crees que influyó el pasado el pasado de Gloria para la toma de decisiones para el futuro?
Ya lo creo que influyó. Gracias a ello estoy aquí ahora. La losa del pasado me sirvió de catapulta. Mirando hacia atrás aprendí qué quiero y qué no quiero llevar de equipaje en los viajes venideros.
8-¿Crees que si Gloria hubiese antepuesto sus principios o los hábitos de su día a día a los de la otra persona, habría sufrido menos?
¡Ojalá hubiese sido así! Desafortunadamente, cuando dependes de una droga sufres, tanto si la tienes a mano, como si no. Al menos, cuando la estás consumiendo te crees que estás en el cielo. Para dejar de sufrir cuando no la consumes, tienes que deshabituarte primero, y esa etapa convulsa es axfisiante. Para Gloria no era una opción en aquel tiempo anteponer su vida a la de él, que era su droga.
9-¿Hasta qué punto tu relato es plenamente biográfico y qué parte tendría en ella la ficción?
El relato mayoritariamente es autobiográfico, casi en un 95%. El resto, corresponde a pequeños nexos de ficción que ayudaron a conectar textos, a maquillarlos para que salieran bien vestidos a la calle.
10-¿Ha predominado, mientras trabajabas, la voz de la autora o esta ha sucumbido al “hechizo” del ejercicio narrativo?
La voz de la autora ha prevalecido siempre, aunque no escatimé en el uso de recursos narrativos para presentar el relato de forma más atractiva para el público al que quería dirigirlo.
11-¿Qué parte hay de Pepa como creadora y en qué medida intervendría Gloria, como mero personaje?
El ejercicio de crear a Gloria como personaje fue toda una catarsis para mí. En su creación, que me cogió en una etapa muy vulnerable de mi vida, tuve que aprender a distinguir qué era de una y qué de la otra.
Fue así, como el proceso de la muda en los reptiles, que se efectúa de forma gradual y no suele ser visible, pero si quedan restos de piel vieja pueden ocasionar problemas.
A fecha de hoy, Gloria es solo eso: Un personaje (la piel muerta que un día tuvo vida). Y Pepa, continúa viviendo, renovando y dejando atrás la piel que ya no le sirve.
12-¿Ha pesado más la necesidad de publicar una experiencia o la de construir un mundo ficticio para seducir a un público lector?
Midiéndolo en porcentajes diríamos que la necesidad de hacer público mi relato alcanzó el 90% mientras lo estuve construyendo. Ahora bien, ese mismo 90%, lo estoy invirtiendo actualmente en ampliar el abanico para que pueda llegar a muchas mujeres.
13-La experiencia literaria, ¿ha supuesto para ti un ejercicio realmente terapéutico?
Sin duda. En mi caso, que llevo más de veinte años escribiendo para mí, el mero hecho de escribir ha sido y es terapéutico.
LO RECOMIENDO. Encontrarse y dialogar con uno mismo, dedicarse un rato cada día, hacerse preguntas y abrir la caja fuerte interior para dar salida a las respuestas. No autoengañarse, no tenerle miedo a las palabras, ni a lo que se encuentre en esa caja fuerte, plasmar todo eso en un cuaderno, es la mejor terapia para llegar a conocerse, aceptarse y quererse, y por ende, a conocer, aceptar y querer a los demás.
Publicar esta historia, por tratarse especialmente de una dependencia, ha sido doblemente terapéutico.
Pepa L.