Por fin llegó ese momento que he esperado desde que me decidí a dar el paso. Siempre había soñado con escribir y publicar un libro. Ahora, tras una intensa búsqueda, he encontrado en el erotismo mi temática en la que nadar a gusto y, en mi modo de contarlo, mi propio estilo. Hoy día se habla mucho de la necesidad de encontrarse con uno mismo, de encontrar nuestro sitio y de crecer. Sobre todo, de crecer. Hoy, a mis cuarenta años, he conseguido todo esto en mi opera prima, Nombres de Mujer.
En Nombres de Mujer encontraréis relatos muy variopintos, en tanto hay temáticas eróticas muy dispares y distintas historias alrededor de cada encuentro. Del mismo modo, hallaréis relatos más primitivos (los primeros que escribí en mi vida) mezclados con otros más elaborados y salpimentados con algunos que muestran una mayor madurez a la hora de crear y contar la historia. Pero, si hay algo que los comunica, es que se han escrito con alma. Una idea, la de dar protagonismo a distintas mujeres que representan diversas actitudes y personalidades, que habría terminado pronto si no hubiera acabado queriendo a cada personaje como si fuera real y de mi entorno, si no hubiera creado cada personaje con el propósito de conocerlo hasta tenerle ese cariño que te permite mimar cada historia que gira a su alrededor. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Eso sí, cualquier parecido con la realidad también es lo que le da esa alma con tintes cotidianos que os acercará a cada personaje. Si, después de unas cuantas páginas sin saber de un personaje os lo volvéis a encontrar, os alegraréis y pensaréis «cuánto tiempo sin saber de ti».
Ahora, esta mi opera prima está a vuestra disposición. Y yo, como cualquier artista que termina su actuación, encorvo mi cuerpo ofreciendo al público mi cabeza, en una reverencial muestra de respeto, a su vez, esperando el veredicto sobre su obra. Mientras, la segunda criatura se está gestando. Poco diré de ella aún, queda mucho embarazo hasta que nazca el siguiente paso en este camino que aún empieza. Mejor mantener el misterio, pues este bañará esos relatos que están por venir. Cuando el erotismo y el misterio se dan la mano, la fantasmagoría puede no ser tan oscura.
Un saludo a todos y bienvenidos a esta locura.