Ha pasado un mes desde que Nombres de mujer salió a la venta. En realidad, hace unos días que se cumplió ese mes. Sin embargo, parece que hubiera salido ayer por la tarde y, lejos de atenuarse, ese cosquilleo de ilusión por ver una obra escrita por mí publicada y a disposición de todos vosotros, sigue ahí. Más fuerte, si cabe. Y en cada post de promoción en las redes sociales, en cada interacción con algunos de mis lectores y cada vez que encuentro algún enlace más donde se oferta mi opera prima, el corazón se acelera y vuelvo a llenarme de esa energía que impide dormir a un niño la noche de Reyes Magos. Es curioso, muchos se ven más cerca de su final según van cumpliendo metas e ilusiones, como si su vida se consumiera en cada meta alcanzada. Sin embargo, debe ser por la emoción de este momento que estoy viviendo, me siento rejuvenecer. Como cuando se empieza un nuevo romance, como cuando se aborda un nuevo proyecto. No consumo un ciclo de mi vida, sino que comienzo uno nuevo.
Mi segunda criatura se está gestando lentamente. Poco a poco, sin prisas. Queda mucho que hacer aún para que Nombres de mujer se dé a conocer, se someta al juicio del público y de la crítica, apenas hace un mes que está en la calle. Pero ahora viene la parte en que quiero consolidar y ampliar mis horizontes en este pequeño universo de literatura erótica donde he encontrado mi acomodo creativo. En su momento os contaré más cosas del que será mi siguiente proyecto pero, por ahora, será mejor que lo dejemos cocinarse a fuego lento. Despacito y buena letra, nunca mejor dicho. Sólo podría decir que, igual que en la costa los faros sirven de guía a los marinos, un faro despertó a las musas para guiarme hacia esta nueva creación. Y, al mismo tiempo, me sirvió para desempolvar un par de relatos que tenía casi olvidados en alguna carpeta de mi ordenador y que resultaron ser esa pieza que faltaba (y que se resistía a aparecer) para terminar de crear y estructurar Nombres de mujer.
Ojalá pronto podamos interactuar, podáis contarme sobre Yuye, Cristina, Bárbara… Desearía que pronto pasara este escenario que nos tiene a la mayoría un poco más quietos de lo habitual y estar presentando Nombres de Mujer ante vosotros en persona, escuchando vuestros comentarios y contestando a vuestras preguntas. Ese momento, tarde o temprano, llegará y nos permitirá encontrarnos e intercambiar impresiones. Mientras, en este mes de vida de Nombres de mujer, sigo agradeciendo el trabajo exquisito de ExLibric para con mi libro, el constante apoyo de mi padrino literario, Luis A. Beltrán y el cariño de los que siempre han estado ahí conmigo. Y ya me despido hasta la próxima entrada de este blog. Un abrazo a todos.