Ponerse a escribir no es nada sencillo y más cuando estamos hablando de un autor novel. ¿Por dónde empezar entonces? ¿Cuál es el primer paso? A veces es mejor volver la vista atrás y ver qué consejos nos dan los que ya han recorrido el camino. Por ello, si estás interesado en publicar una novela, pero no sabes ni cómo comenzar, en esta ocasión te traemos 12 consejos de nada más y nada menos que de un Premio Nobel.
Al igual que ya hiciéramos con sus recomendaciones para cuentos, en esta ocasión te presentamos los 12 consejos para escribir una novela de Gabriel García Márquez. Por supuesto, a todos ellos recuerda añadirles tu toque personal porque, al fin al cabo, será la base sobre la que se construya este proyecto literario: tu estilo.
Los 12 consejos de García Márquez
Cien años de soledad, Crónica de una muerte anunciada o El amor en los tiempos del cólera son solo algunas de las novelas que escribió García Márquez y estos son los consejos que el escritor brinda a las próximas generaciones de literatos:
1. Escribe sobre lo que conoces.
Para García Márquez el primer paso debe ser revisar y pensar en qué le ha pasado. Según el escritor colombiano no hay una línea de lo que ha escrito que no tenga una base en la realidad. Las experiencias pueden ser un buen punto de partida en toda novela.
2. Inspírate en la vida.
La realidad supera a la ficción y para García Márquez incluso los sueños forman parte de la vida. Inspirarse en ella debe ser otro paso para crear los mundos que se desarrollarán en la novela, ya sea partiendo del mundo real o del onírico.
3. Mantener el contacto con la realidad.
Es curioso cómo el creador de mundos tan mágicos hacía tanto hincapié en la realidad. Para este escritor alejarse de ella es vivir en una torre de marfil y para ello relacionaba la novela con el periodismo. Hay que mantener el contacto con el mundo real.
4. Confiar en la intuición.
La intuición, según el autor colombiano, es fundamental en la escritura, una cualidad que permite descifrar la realidad sin necesidad de aplicar otros aprendizajes. Y es que, al fin y al cabo, la experiencia nos da un buen aprendizaje que es tan válido como cualquier otra vertiente intelectual que parece inamovible.
5. Encontrar el tema adecuado y cómo trabajarlo.
Según este escritor la inspiración llega cuando un autor da con el tema adecuado, algo que realmente le gusta. Atendiendo a este consejo nunca trabajes con algo que no despierta estos sentimientos en ti, lo cual se relaciona con el uso de la intuición.
6. Dar con el tono adecuado.
Una cosa es saber qué contar, otra muy distinta es cómo hacerlo. ¿Cuál es la mejor manera para narrar una historia?. Por ejemplo, García Márquez pone el ejemplo de Cien año de soledad, novela que redactó usando el tono con el que su abuela le contaba los cuentos. Una vez que se da con esta clave, el resto viene rodado.
7. No olvidarse de la técnica.
Desde el principio hay que tener en cuenta la técnica. Atendiendo a este consejo, llega un momento en el que la inspiración se va y hay que compensar de algún modo. No hay que dejarlo todo al azar, la estructura es un problema técnico que hay que aprender a solventar, cuanto más antes mejor.
8. El párrafo más importante es el primero.
Empezar una historia no es fácil, según su experiencia ha invertido meses escribiendo el primer párrafo de alguna novela. Es ahí donde se va a definir el tema, el estilo y el tono. Una especie de carta de presentación del resto del libro.
9. Potenciar la creatividad.
Cualquier escritor puede escribir de lo que quiera, pero ha de imaginarlo y potenciarlo en su mente antes de seguir adelante con este proyecto.
10. Ser disciplinado.
Para García Márquez no existe una gran obra que no haya estado ligada con una disciplina extraordinaria. Hay que aplicarse en esta aventura literaria y ser consciente de que se está ante un gran reto.
11. Cuidar la salud.
La salud del escritor es primordial. La idea de que este trabajo es un gran sacrificio no es real. Según decía el colombiano los buenos libros se relacionan con bienestar emocional y físico.
12. Trabajar.
García Márquez comparaba la literatura con la carpintería. Los dos son trabajos que requieren esfuerzo y hacer un buen libro está a la altura de hacer una buena mesa. También en los dos oficios existen técnicas pero en donde se combina el esfuerzo con un toque de magia.