Libros hay muchos y de diversos tipos. Todos ellos tienen sus propias características y, antes de sumergirse en ellos, hay que saber cómo hacerlo. Adentrarse en unas páginas sin saber de qué tipo de obra se trata, puede ser contraproducente para el lector. Algo que se hace más evidente en el caso de los clásicos de la literatura.
Bien por su contexto, bien por el lenguaje que utilizan, este tipo de obras pueden llegar a confundir al lector. Por eso, en esta ocasión, te queremos enseñar a prepararte antes de sumergirte en estos títulos. Y, por supuesto, si tienes algún consejo que quieras dirigirnos, estaremos encantados de conocerlo para ampliar esta lista de lectura de un clásico.
La importancia del contexto
Antes de ponerte con la lectura de un clásico, debes entender el contexto en el que se escribió dicha obra. Por ejemplo, un libro del S.XIX quizás no trate del mismo modo que en la actualidad algunos temas, como por ejemplo la sexualidad. Por este motivo, el primer punto que debes saber es que vas a encontrarte con visiones muy distintas.
Como hemos dicho en otros textos, parece de Perogrullo decirte que en otras épocas van a ver distintas ciertas cosas. Sin embargo, te invitamos a que reflexiones en este sentido. ¿Cuál es la ética que inspiraba en esas ocasiones? Es más, ¿se distancia en un ápice de lo establecido en dichos años? De esta manera, podrás valorar todavía más el contexto en el que un libro fue escrito.
Un buen ejemplo es la obra Orlando, de Virginia Woolf, en donde por primea vez se nos presenta un personaje transexual. Si tenemos en cuenta que este libro se publicó por primera vez en 1928, entenderemos por qué la presencia de este protagonista causó tanto revuelo en dicha época. Como decimos, valorar a la obra en su contexto nos invitará a acercarnos más a la idea del autor y a entender todo el mensaje que nos quiere transmitir.
¿Qué edición del libro leer?
Hay que tener en cuenta que cada época tiene sus propias normas lingüísticas. ¿Por qué mencionamos este hecho? Porque es posible que a la hora de leer una edición antigua de determinado libro, te encuentres con expresiones que poco tienen que ver con las que conoces. Tú decides, pero desde aquí te aconsejamos a que hagas un esfuerzo y trates de profundizar en este lenguaje.
De esta forma, una vez más, podremos acercarnos a la idea original del autor. Al igual que una traducción puede hacer que se pierdan ciertos juegos de palabras, en el caso de la actualización del lenguaje nos enfrentamos a una pérdida del mensaje original. Aunque todo dependerá de tu objetivo, si simplemente buscas conocer una historia y pasar un buen momento, no te lo pienses dos veces y elige una edición acorde a los tiempos.
Un libro para todos los gustos
No te dejes guiar simplemente por los grandes nombres dentro de esta rama de la literatura. Si te gusta el terror, a tu disposición quedan grandes obras como Frankestein o Drácula; si prefieres una obra de aventuras, La odisea es una gran opción. En el caso de que seas fan de la poesía, grandes poetas del pasado como Clara Campoamor o Luis de Góngora son algunas propuestas que podemos realizarte.
Investiga un poco, pon encima de la mesa tus gustos e intereses y descubrirás cómo en el pasado alguien ya tuvo la idea de libro que andabas buscando. De hecho, es una buena fórmula para ver de dónde nacen muchas de las historias actuales, basadas en títulos del pasado.
Reflexiona
Las mejores obras son las que se reposan. Si ya de cualquier libro se puede obtener una reflexión, si has hecho caso de los anteriores puntos, podrás haber entendido mejor lo que en su momento tenía en mente el autor. Compara, trata de entender los mensajes, ¿habría un doble sentido en las palabras que se nos presentan? ¿Hemos cambiado?
Otra buena fórmula de seguir profundizando en el significado es leer otros libros del autor y ver si hubo una evolución en su estilo o en los mensajes que transmite a través de sus páginas. Y, como ya dijimos, estos son solo algunos consejos de lectura de un clásico, ¿tienes alguna otra recomendación?