La pasada semana, el Consejo de Ministros aprobó el Real Decreto-Ley por el que se reforma el nuevo canon digital para adaptarlo a la normativa de la Unión Europea, que ésta declaró nulo hace un año. El anterior modelo se basaba en una compensación con cargo a los Presupuestos Generales del Estado y ahora se basará en un pago por cada venta de equipos, aparatos y soportes de reproducción ¿Cómo afecta a los lectores? ¿Hay canon para ebook? Cada vez que se compre un dispositivo de lectura fabricantes y distribuidores tendrán que pasar por caja y 3,15 euros de su importe se destinará a este canon digital, una cantidad que se entiende pasará a engrosar el precio final.
Dispositivos incluidos
Entre los productos y dispositivos incluidos en este canon digital están discos compactos regrabables, memorias USB, tarjetas de memoria, discos duros y es en el punto G del decreto donde se incluyen los dispositivos portátiles de imagen y sonido, pero también dispositivos portátiles reproductores de texto, es decir, e-readers, kindle, tablet, ipad… A estos dispositivos se les va con 3,15 euros, aunque es una cantidad que se irá revisando anualmente, así como la lista de productos.
Teléfonos móviles
En referencia a los lectores, también hay muchos usuarios que realizan sus lecturas a través de teléfonos móviles, en el caso de estos dispositivos el importe a satisfacer por los fabricantes y distribuidores es de 1,10 euros.
Comparación con otros países
No obstante y según informa la Asociación para el desarrollo de la propiedad intelectual (ADEPI), las cantidades que se pagan en España por estos conceptos son inferiores a las que aplicadas en otros países de la UE. En concreto, en Alemania y Francia se aplica un recargo de unos 8 euros para las tablets.
La aprobación de este nuevo sistema llega después de que el Tribunal Supremo declarara nulo en noviembre el Real Decreto que regulaba el procedimiento de pago de la compensación con cargo a los Presupuestos Generales del Estado. Durante el Gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero, España ya contó con un sistema de «canon digital» similar al que ahora se vuelve.