La portada y el título de un libro son el primer reclamo de toda obra. Piensa en ese lector que camina por el pasillo de una librería, buscando una nueva lectura, y de repente se frena frente a una estantería. Sin duda, el impacto visual que le cause el frontal va a servir para que abra las páginas, ojee un poco su interior y decida si se lleva lo que tiene entre las manos para su biblioteca personal.
Pero ahí no acaba todo, elegir un buen título puede ayudar, incluso a que cuando aparezca una reseña de tu libro en redes sociales, los potenciales lectores recuerden cómo se llamaba la obra y así interesarse por ella. ¿Decidido a darle nombre a la criatura? Pues comencemos con las claves que vas a necesitar.
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La importancia de crear un buen título
Al igual que toda persona necesita un nombre, todo libro precisa de un buen título. Si bien en el caso de los humanos, este asunto no requiere de mayor importancia, en el mundo literario es imprescindible trabajar en ese sentido. Porque no solo se trata de aportar un texto que ayude a identificar una obra, también hay que tener en cuenta el potencial cautivador de este elemento.
Porque crear un buen título es sinónimo de despertar la curiosidad del lector, al tiempo que se permite que se grabe en la mente del mismo para que nunca se olvide de esa obra que vio. Y es que es más probable que alguien termine por hacerse con un libro que tiene en su memoria, que otro que ha borrado de la misma, por mucho que haya llamado la atención.
Y es que el título de un libro también ayuda a crear una perspectiva global el contenido del mismo y guían al lector para saber si están ante algo de su gusto. Podría decirse, en definitiva, que estamos ante una invitación del autor al público, una carta de presentación que puede terminar en la compra de la obra.
Complementos del título de un libro
El título del libro no es un ente independiente, tiene varios complementos que ayudan a reforzar su misión de invitación para que el lector pueda conocer la obra. En este caso estamos hablando del sutbítulo, que ayuda a dar más información sobre el contenido, o que refuerza el misterio sobre la misma (un ejemplo: Harry Potter y el prisionero de Azkaban, donde el subtítulo también ayuda a que el lector sepa ante qué aventuras del joven mago estamos).
Los símbolos son otro de los complementos del título de un libro, y que hay que tener en cuenta a la hora de crear el de tu obra. Un ejemplo, puede ser incorporar una cruz en el caso de que la temática sea religiosa, o un símbolo celta si estás pensando en crear una historia de fantasía relacionada con esta cultura. De esta forma, este elemento servirá como primera llamada de atención y el resto de la portada se encargará de captar.
Características de un buen título
Dada la importancia que tiene el título de un libro, es bueno detenerse en este punto cuando se vaya a crear. Estas son las claves que no puedes eludir:
La extensión del título
No hay que pecar de exceso, ni de longitud, a la hora de crear el título del libro. Te recomendamos, eso sí, que este sea una frase simple (en el caso de que quieras recurrir a la subordinada, te aconsejamos que dejes esto para el posible subtítulo). ¿Quieres un pequeño truco? Usa la “regla del cinco”, piensa en cinco palabras que sirven para definir un aspecto importante de la obra: trama, personaje principal, metáfora del contenido, etc.
Descriptivo
Si bien el potencial lector puede hacerse una idea de la trama, o contenido, del libro gracias a la sinopsis, el título debe ser un elemento que ponga la primera piedra en este camino. ¿Un ejemplo? Pues el caso de El señor de los anillos, otros que son más concretos como Drácula, que reflejan al personaje principal.
Eso sí, no te pases como Daniel Defoe, quien opto por llamar a su famosa obra Robinson Crusoe, de la siguiente manera La vida y extrañas sorprendentes aventuras de Robinson Crusoe, de York, marinero que vivió durante veintiún años solo en una isla inhabitada de la costa de América, cerca de la boca del gran río Orinoco, habiendo sido arrastrado a la orilla tras un naufragio, en el cual todos los hombres murieron menos él. Con una explicación de cómo al final fue insólitamente liberado por piratas, escrita por él mismo.
Llamativo
El título de un artículo científico es descriptivo, pero rara vez es llamativo. Piensa que el de tu libro debe captar la atención del lector que no lo conoce, en especial si eres un autor poco conocido. Hay una serie de palabras que pueden ayudarte a conseguir este objetivo, como por ejemplo “asesinar” o “estrangulador” en el caso de la novela, negra, o palabras que provoquen sinestesia si has apostado por la poesía.
Ejemplos de títulos interesantes
Veamos algunos títulos de las obras más famosas, para que descubras el poder que tiene este elemento de la portada. Empecemos por Matar a un ruiseñor, que hace referencia al que, según la novela, es el mayor pecado que puede cometer una persona (por cierto, en un principio la obra iba a ser llamada Atticus, en referencia a uno de los protagonistas). También podemos destacar El amor en los tiempos del cólera, El abrazo del monstruo, o acercándonos a otros géneros Luces de bohemia o 20 canciones de amor y una canción desesperada.
Títulos para libros según su género
Cada género literario tiene sus claves y esto también se aplica a la hora de ponerle título a la obra. Si bien existen una serie de recomendaciones comunes, también hay detalles que no se comparten. Veamos cuáles son para que puedas hilar lo más fino posible.
Cuentos
En este caso los títulos no solo deben ser cautivadores, también enternecedores. Piensa en el público al que te diriges, ¿niños? ¡No! Serán los padres quienes decidan si un cuento es bueno y apropiado para su hijo, y una buena de saberlo es a través de este elemento textual, que lo pondrán en la pista del contenido. Un buen consejo son rimas sencillas, o el uso de palabras amables.
Novela negra
Estamos ante obras que basan su trama en torno a un misterio. El título que le pongas a la misma no puede ser diferente, tienes que conseguir que el lector ponga interés en el contenido. Una buena idea en este sentido es hacer metáforas en torno al crimen que marque tu thriller, o directamente redactar como si fuéramos periodistas de sucesos. ¿Un ejemplo? Recordando a Agatha Christie, Asesinato en el Orient Express o 10 negritos (que hace referencia a la canción que marca el devenir de los crímenes en la obra).
Poesía
La poesía se encarga de evocar emociones en el lector y algo similar debe perseguir el título de un poemario. Por este motivo, vamos a recomendarte recurrir a figuras literarias tales como la aliteración, la sinestesia o la metáfora. Ten en cuenta que también tendrás que describir las emociones que pueden despertarse en la lectura de los versos.
Fantasía
El género de fantasía debe transportarnos a otros mundos, y así debe hacerlo también el título que vayas a crear en este género. Por ello, te recomendamos que uses palabras y sinónimos que hagan referencia al universo que estés escribiendo. Por ejemplo, en el caso de la fantasía épica es apropiado mencionar criaturas mágicas como trolls o dragones, así como a elementos tales como armaduras o espadas.
Otros
También es importante que atiendas a qué título le pones a tu ensayo, y que debe tener un tono más académico o plantear el tema que vas a desarrollar en el tema, así como en el teatro tendrás que ayudar a ubicar al lector en el lugar donde va a tener lugar la acción principal.
Consejos para que un título cautive a tus lectores
En definitiva, ¿qué es lo que hace que un título cautive y otros no? Veamos los ingredientes que no debes eludir en esta parte del proceso de creación de tu libro.
- Que se ajuste a la trama de un libro: Aunque sea evocador, el título de libro debe hacer referencia a la trama y/o contenido del libro. No hay que venirse demasiado arriba con las metáforas ya que esto puede hacer que el lector se forme una idea errónea de lo que va a enfrentar y termine por sentirse engañado por el autor, lo cual no es una buena publicidad.
- Hacer referencia al personaje principal: Si el protagonista de tu libro es el personaje principal y ninguno otro tiene tanto peso en la trama, es una buena idea llamar a la obra del mismo modo. Un buen ejemplo es la saga del joven mago de toda la historia, Harry Potter, o La casa de Bernarda Alba.
- Utilizar indicadores de tiempo: Hacer referencia a un momento en concreto puede ayudar a que el lector se ubique en la trama. Por ejemplo, imaginemos que tu libro es una novela negra que sucede en invierno, podrías titularla: Sangre en la nieve o El asesino de diciembre.
- Provocar misterio: El éxito de los cotilleos se basa en que alguien sabe algo que tú no. Y es que no hay elemento con mayor fuerza de movilización que la curiosidad humana. Por ello, causar misterio en torno a la trama que puede encontrarse abriendo las páginas de tu obra. ¿Un ejemplo? Recurramos al thriller de Pablo Poveda ¿Quién mató a Laura Coves?
Conclusión final
El título del libro es un elemento fundamental ya que sirve de carta de presentación de la obra. Un lugar casi con tanta importancia como la portada, por ello te recomendamos prestar mucha atención a la hora de decidirte. Es más, no hace falta que lo tengas preparado antes de comenzar a redactar, puedes esperar perfectamente al cierre de tu manuscrito para pensar en él (incluso puede ayudarte).
No te olvides de que al igual que otros elementos de tu novela, el título también puede ser valorado por un lector cero cuando le presentes el manuscrito que deseas que revise antes de mandarlo a una editorial.