Ya en su tercera edad, Lucía se ve obligada, ante la insistente petición de su nieta Alejandra, a narrarle los hechos más relevantes y dolorosos de su vida. Sin duda, esta confesión hará temblar los cimientos de unos sentimientos y recuerdos muy bien guardados bajo llave en su corazón.
No podrá negarse a dicha súplica, aunque sea lo último que ella desease. Tendrá que desenterrar el secreto que pensaba se llevaría a la tumba. Bajo la atenta mirada de su nieta, Lucía comienza a relatarle su juventud, ahondando en los motivos que la llevaron a meterse a monja durante muchos años, y confesando sus secretos: su gran amor, su embarazo, su dedicación, sus viajes y sus inquietudes. Es la historia de una triste y dura decisión; de una serie de dramas y consecuencias que harán cambiar toda su vida, alejándola de la gente que más quiere.