Yolanda Veguilla Dávalos nació en Sevilla en septiembre de 1967. Enamorada de la vida y de sus sombras, con una personalidad camaleónica y una capacidad de empatía fascinantes, vivió una infancia y adolescencia difíciles, y aprendió a sobreponerse de sus golpes con la vacuna de una sonrisa siempre en sus labios, por lo que se siente viva regalando generosidad y ayudando al prójimo; de hecho, cuando le preguntan qué hace cuando tiene tiempo libre, responde que mirar por la ventana pensando cómo darle color a un mundo oscuro para que huela a primavera.
De entre todas sus profesiones destacaría como la primera y más placentera la de madre a jornada completa; en segundo lugar, la de trader profesional, a la que se dedicó en cuerpo y alma, y le sirvió como superación personal; en tercer lugar, como contable y administradora fiscal; en último lugar, se revela como escritora con la publicación de esta novela autobiográfica que comenzó a trazarse como una necesidad de terapia y sanación, ayudándole a avanzar, a progresar, a liberarse y a perdonar.
Se desenmascara finalmente como una mujer sensibilizada en contra de la violencia de género y el maltrato infantil marcada por sus propias vivencias, cooperando así con la donación de los beneficios obtenidos por la venta y distribución de esta primera obra para organizaciones que ayudan a dicha causa.