Es el futuro de lo poco consecuente con el pasado y, aunque muchos han olvidado el largo camino que nos ha traído hasta aquí, este magnífico libro pone de manifiesto que caza y hombre han sido binomio inseparable desde el mismo momento en que bajamos de los árboles para desarrollar la inteligencia gracias a la ingesta de proteínas provenientes de la caza.
Es el hombre hoy, junto con el oso y el lobo, uno de los superpredadores que perviven a través de los tiempos gracias a determinados individuos que preservan el nexo que nos une al medio, del que nunca hemos dejado de ser parte.
Frente a estos individuos, el urbanita desnaturalizado por completo es la verdadera amenaza de la biodiversidad por su desconocimiento, su ignorancia y sus prejuicios. El relevo generacional de la caza dejará en manos de aquellos individuos que la practiquen desde la ética y la responsabilidad el sagrado deber de cazar mucho y matar poco, de ser ejemplo y garantes de una herencia ancestral.