La idea de publicar este diccionario surgió hace ahora seis años, cuando unos entusiastas jóvenes de Alfarnate (Málaga) crearon en Facebook el grupo «Diccionario Palanco», animando a la gente a dar a conocer cuantas palabras autóctonas supieran o recordaran de sus ancestros. Lo que empezó como un divertido juego, con cada cual aportando sus ocurrencias, llevó a Julio Arrebola a querer profundizar un poco más en esas palabras y expresiones, la mayoría ya en desuso o casi perdidas.
De este modo, el autor empezó a trabajar en una doble vertiente. Por un lado, trasladó su mente a la infancia y la adolescencia para rememorar dichos y vocablos, además de acudir a las personas que, como un auténtico tesoro, aún guardan en su memoria gran parte de la riqueza léxica y expresiva de la localidad. Por otra parte, inició una labor de búsqueda en obras de referencia, desde el diccionario de Covarrubias al de María Moliner o el de Autoridades, pasando por casi todos los demás diccionarios etimológicos de España, alguno de Latinoamérica y Portugal y, cómo no, ALEA, con el inefable Manuel Alvar a la cabeza.
Poco a poco, con todos estos ingredientes y a base de tesón y paciencia, fue tomando forma este Diccionario palanco, cuyas definiciones se fueron enriqueciendo con conversaciones, situaciones y anécdotas en las que la palabra o expresión correspondiente podía ser utilizada o venía al caso. Por último, la obra incluye una segunda parte en la que, bajo el título Otros relatos de Alfarnate-El Lugar, se presenta un pequeño compendio de historias, cuentos, sucesos, canciones y poemas relacionados con el pueblo.