Un gato negro abandonado deambula por las calles del barrio del Carmen de Valencia. Ha sido, entre otras cosas, familiar de brujas y conocedor de algunos famosos demonios, pero por fuera es tan solo otro felino abandonado y, además, negro. Por eso, cuando tropieza con Fortunato Mediocre, pese a detectar inmediatamente que es un imbécil irresponsable, lo apoya y hace todo lo que está a su alcance —parricidio incluido— para permitirle progresar en la vida. Porque le consta que no es fácil encontrar buenos amos en estos tiempos que corren, y porque, como él mismo dice, más vale guarida de humanos con imbécil dentro que ninguna. Y si para conseguir su objetivo hay que quitar de en medio a alguien, pues se le quita y a otra cosa. Así, esta novela relata el proceso mediante el cual un imbécil a secas, con un poco de ayuda ajena, se convierte en un maltratador y un depredador sexual… sin dejar de ser un imbécil.