A partir de encuentros casuales en el trabajo, una mujer inicia una relación sentimental con un hombre francés, transformando su vida en un viaje lleno de amor, sacrificios y responsabilidades. A través de momentos cotidianos, como el compartir una taza de café o una cena, ambos construyen una relación profunda que va más allá de las barreras del idioma y las diferencias culturales. Sin embargo, la vida de la protagonista da un giro inesperado cuando se ve en la necesidad de hacerse cargo de su sobrina, una niña pequeña que ha vivido en un entorno desestructurado debido a la drogadicción de su madre y la encarcelación de su padre. Este desafío pone a prueba la estabilidad emocional y económica de la pareja, pero ambos asumen la responsabilidad con valentía y sacrificio. A lo largo de los años, la relación entre tía y sobrina se intensifica, sintiendo la narradora un profundo agradecimiento por cada momento vivido juntas, ya la conexión entre ambas es ahora irrompible. La niña, ahora ya una mujer, ha sido una fuente de amor y de valiosas lecciones y se ha convertido en la luz de los ojos de su tía.