Cuando Alex, un joven arquitecto, recibe como herencia la casa de su tío Jaime en la playa, un montón de documentación desordenada y una carta donde este le pide que ordene y finalice el trabajo de toda su vida, sabe que va a necesitar a alguien que lo ayude a llevar a cabo esa tarea. Mientras piensa en ello mirando al mar, descubre «casualmente» a su lado una revista con ofertas y demandas de empleo. El nombre de alguien ofreciéndose a informatizar datos llama su atención: Olivia.
Olivia es una joven informática que desde muy pequeña ha tenido una sensibilidad especial para comunicarse con el más allá, algo que ha heredado de las mujeres de su familia y que ha aprendido a aceptar, pero que le provoca un profundo miedo. La joven, necesitada de trabajo y vivienda, acepta trabajar para Alex y vivir con él en la casa de la playa, donde le será más fácil ordenar todos los documentos que se amontonan en las estanterías de la preciosa buhardilla. Desde el principio nota una presencia invisible que la acompaña.
A medida que se van conociendo, una conexión extraordinaria surge entre Alex y Olivia, una fuerza que los empuja hacia el otro como si de dos polos opuestos se tratase, y según van avanzando en la investigación de todo el papeleo heredado del tío de Alex, descubrirán que, aunque no lo recuerdan, sus almas ya se conocen desde hace cientos de años.
