Historias sórdidas es el último grupo de cuentos del proyecto de Daniel Sánchez Centellas sobre cuatro puntos cardinales de la existencia humana; en esta ocasión, le toca a lo negativo, a lo patético y negro de la esencia del ser humano. El primer cuento, «El cuerpo del delito» es un relato negro sobre hipotéticos cadáveres de hipotéticos crímenes, aludiendo al instinto de la muerte que describe Freud. El segundo cuento, «Donde me lleven los demonios», es una aventura satánico-patética en la que se ponen en duda la moral actual y el sentido de esta sociedad. «El beneficio de la duda» es un cuento explícito donde los buenos no son tan buenos ni los malos tan malos, llegando a consecuencias inesperadas. Por último, «Utilización del amor» es una historia erótica obsesiva donde se explora cómo el placer como única razón de vida puede llevar a todo lo contrario. Como en otras ocasiones, el autor no pretende ser tan maniqueo como para decir que esto es el mal, pero en ejercicio de desafío literario habla de lo desagradable, mezclado siempre, por supuesto, con atisbos de luz, porque, como se dice en uno de los cuentos, la maldad absoluta es demasiado absurda y, por ende, imposible.