La hora bruja es ese nocturno ámbito en el que nos adentramos en ciertos momentos de nuestra vida, así como el lugar donde nos encontramos con nuestros dos yo. Pero no solamente es ese
espacio en el que nos sentimos parte de otro mundo —de otra forma de vida distinta a nuestra cotidianidad—, sino mucho más. Es la manipulación que el poder ejerce sobre las personas, la mascarada de una vida feliz en una supuesta sociedad del bienestar.
Mediante sus poemas, escritos en clave de estrofas clásicas, el autor nos lleva de la mano por un mundo y una sociedad de los cuales solo llegamos a ver y comprender su parte más superficial, pero jamás lo que se gesta en las sombras, los engranajes con los cuales las oligarquías mundiales mueven y controlan a la humanidad. Con una crítica aguda a las estructuras de poder contemporáneas, la obra denuncia la manipulación mediática, la deshumanización del capitalismo y la erosión de las libertades individuales bajo regímenes de control omnipresente.
La dualidad entre libertad y opresión, el individualismo frente al control social y la introspección personal contra la alienación colectiva constituyen ejes temáticos que el autor maneja con destreza, tejiendo un discurso poético que trasciende lo literario para adentrarse en lo filosófico y lo existencial.