En La lágrima oscura la desesperación y el misterio se entrelazan en la vida de un hombre atrapado en una red de deudas y oscuros compromisos. ¿Qué sucede cuando una oferta tentadora se cruza en su camino, ofreciéndole una salida, pero a un costo moral inimaginable? Descubre un mundo donde las decisiones no solo cambian el curso de una vida, sino que desentrañan los matices del alma humana. Cada elección revela una nueva verdad, cada momento es un giro inesperado y cada página te acercará más a un desenlace que te dejará reflexionando sobre los límites de la moralidad y la complejidad de la existencia humana.
Un comentario
La novela es una aventura que se dibuja sobre el tapíz de la realidad de los pueblos de África. Abdoulaye, hijo de un alto mandatario de Senegal, ha de salir del país a consecuencia de las importantes deudas de juego que ha contraído y a las que no puede hacer frente. Su posición le permite una salida que, aunque ilegal, es proporcionada por una organización que lo llevará a España, y que desea integrarlo en “la familia” para favorecer sus intereses y objetivos. La trama va llevando al protagonista a situaciones inauditas para él de las que deberá salir airoso, pero sin tener conocimiento del porqué de las mismas. Poco a poco se va introduciendo en el fondo de la cuestión, en los verdaderos objetivos de “la familia” y se van descubriendo la realidad de sus personajes. Muy interesante.
Hugo Prat es un personaje de gran relevancia en la novela, y que me suscita, además de gran interés, un cierto misterio. Me recuerda al anciano y entusiasta propietario de Jurasic Park, con el que le encuentro una analogía muy acusada, tanto en su interés por la ciencia y el progreso como en la vehemencia de su discurso. En efecto, Hugo es una persona muy ilustrada en la filosofía, de la que no solo es un gran conocedor, sino que orienta su vida y decisiones en base a pensamientos filosóficos con los que comulga. Sus disertaciones filosóficas son dignas de un catedrático de universidad, y el énfasis que pone en sus hábiles palabras son capaces de convencer al más escéptico. Por otra parte, un halo de misterio lo rodea, pues en realidad, ¿quién es Hugo Prat? ¿Es un iluso, un idealista? O por el contrario, ¿es un embaucador, un farsante?
En cuanto a la prosa puedo decir que es ágil y culta al mismo tiempo, sin que ello dificulte para nada su lectura fácil y su total comprensión. Esta característica te invita a leer y seguir leyendo, pasando las páginas con facilidad y metiendo al lector progresivamente en la aventura de Abdoulaye. De vez en cuando, alguna sentencia te hace levantar los ojos del libro para reflexionar un instante lo que acabas de leer, tras lo cual vuelves con avidez a la lectura.
Llama la atención el nivel de conocimiento filosófico del autor, así como de las circunstancias y lugares de África que aparecen en la novela. Son muchas las referencias exactas que se citan, proporcionando un contexto perfecto que permite una mayor comprensión de hechos y análisis que en ciertos momentos se citan. En ocasiones me sugiere reminiscencias a textos de Pérez Reverte, tanto por su prosa fresca como por la habilidad en el relato de hechos y lugares.
La lágrima oscura responde a una realidad que se descubre hacia el final del libro y que justifica el título del mismo.
Sin duda un libro que merece ser leído.