Estamos ante tres historias cercanas, imaginativas, constructivas y llenas de ternura. En El niño que quería tocar el violín relata la relación con la música y la búsqueda de la propia identidad a través del arte de tocar un instrumento musical, con una sorpresa inesperada que nos muestra que a veces las apariencias engañan. Lágrimas de luna recrea con fantasía la complicidad de un árbol y de la luna para ayudar a una pequeña que tiene problemas con su hermanastra. En Mauro quiso ser invisible encontramos una curiosa y divertida historia a la que no le falta un toque de intriga.
Cuentos de Erena harán al lector aprender y sentir en torno a los valores, la amistad, los sentimientos y el amor en sus muchas formas de manifestarse.