Mientras el director de la residencia Arcadia se pregunta por qué unos ancianos habían decidido atrincherarse en el comedor y el inspector Serranillos pone en marcha una investigación para intentar arrojar más luz al delicado asunto de los desaparecidos, Jimena del Río y Villescas y su nieta Clarece unen sus fuerzas, esta vez para demostrar que, cuando se lo proponen, pueden hacer temblar los cimientos del sistema o, como mínimo, alterar la tranquilidad que parecía haberse instalado en las vidas de quienes fueron testigos de lo ocurrido en su finca años atrás.