En Veintisiete cartas a un amor o el olvido que se acerca. La noche empieza aquí, el poeta inicia un recorrido por la historia de su vida, buscando el aliento y el abrazo ya lejano, pero a la vez tan cerca, que le dejaron las mujeres que lo han acompañado en su camino, lo que le lleva a reflexionar no solo sobre el amor, sino también sobre las motivaciones que el poeta crea en su mundo interior, para entender su propia temporalidad y la eternidad del amor. Con esta idea, el poeta pone en marcha su peregrinar por los vericuetos del pasado, donde los caminos se van entrelazando con el proceso creativo y las primeras horas de la noche.
Este viaje, que se sabe finito está lleno de sentimientos infinitos, que se irán desarrollando conforme pasen las diferentes estaciones de la propia noche, donde el poeta se enfrenta a la realidad del olvido que ronda cerca de él. Por ello, con plena conciencia abre su corazón y se abandona a sus remembranzas y a la nostalgia que trasciende con sus signos a las palabras.