La vía y el camino del Oeste constituye un singular homenaje al primer viaje colombino del Descubrimiento, en 1492. La novela recrea la expedición de Colón a través de otra emprendida en pleno siglo XX, concretamente en 1936. La tripulación y el pasaje están ahora integrados por hombres y mujeres que huyen del golpe de Estado acaecido en España y la travesía, lógicamente, ya no se realiza en barcos de vela, sino en tres vapores. Al frente de estas embarcaciones el autor sitúa a tres personajes que nos llevan a evocar sin dificultad a los marinos que comandaron la primigenia expedición. Durante la travesía, cuyos acontecimientos van guardando enormes similitudes con los que vivieron los expedicionarios del siglo XV en su periplo por el Atlántico, los pasajeros entablan diferentes relaciones y viven acontecimientos de diversa índole, desde lo meramente anecdótico hasta lo personal y sentimental. La máxima expresión de ello la encontramos en las figuras de un profesor y una bella anarquista gaditana, a quienes el destino separa tras el viaje, pero vuelve a unirlos cuatro décadas después.