Bartolomé. El regreso, segunda de las cuatro novelas que componen la saga Bartolomé, se desarrolla entre mediados de 1967 y mediados de 1981. Como en la primera entrega, es necesario distinguir la parte histórica de la ficción.
A nivel de España se relatan los hechos más significativos de ese periodo: el proceso de Burgos contra ETA, el magnicidio de Carrero Blanco, la muerte de Franco y el ascenso a la jefatura del Estado de Juan Carlos I, la t ransición, el auge y caída de Adolfo Suárez o el malestar militar que acabaría con el 23-F, todo ello en una España convulsa, atemorizada por el terrorismo de ETA y de grupos como el FRAP, el GRAPO o los movimientos derivados de la Red Gladio (patrocinada por la CIA). A nivel internacional se menciona la muerte del Che Guevara, el mayo francés, la invasión de Checoslovaquia, la Revolución de los Claveles o la invasión de Afganistán por la URSS. También fue protagonista el terrorismo de organizaciones como la alemana Baader-Meinhof, la OLP, la FPLP, las Brigadas Rojas y, de nuevo, la Red Gladio.
En la parte de ficción, en este volumen la CIA contrata a Lola como asesora para los asuntos españoles y a Leo como controlador de Abu al Faldl (agente de la CIA a quien infiltra en ETA) y de Anatoli Stepaknov (nombre en clave Igor), rezident del KGB en la embajada rusa de Madrid, que se ofrece a la CIA para pasar información sobre la Unión Soviética. La CIA infiltra en la Stasi a su agente Nancy Foster (nombre en clave Cleopatra), que descubre que el KGB tiene un topo en los altos círculos de la CIA.
En medio de todo este entramado de espionaje, Leo y Lola, que se reencuentran después de doce años, cuando ambos están casados y con hijos, luchan desesperadamente para que su amor, que nunca desapareció, no les arrastre a la pasión que el uno siente por el otro.